miércoles, 30 de mayo de 2012

Eterna pregunta, perpétua incógnita


Una duda ronda en mi cabeza. Es un cuestionamiento sin fin.

Necesito saber “¿Por qué de chicos nos vestían tan mal?”

Es un tema que más de una vez nos hemos planteado; en más de una reunión se ha debatido la situación y más de uno se ha desahogado y revelado su pasado. Igualmente la respuesta al porqué de semejantes combinaciones sigue latente.

Lunares, rayas, flores… ¿qué tienen de malo? La realidad es que el automático sentimiento de rechazo surge cuando a esos estampados simples se les suma la desarmonía: el pantalón a la cintura con la remera adentro, las medias con puntillas que llegaban a la rodilla, los tiradores, los parches en los codos, el cuello con encaje de los vestidos de un tamaño descomunal para el cuerpo de una niñita, el buzo verde de Mickey en combinación con un pantalón amarillo a cuadros, el equipo de futbol con zapatos en lugar de zapatillas; y demás atuendos de mezcolanza similar.

Basta ver los álbumes de fotos de nuestra infancia para entrar en estado de negación total. Más de una vez nuestras madres y/o padres han sacado a la luz esas imágenes frente a amigos, familiares, novios y hemos vivido momentos bochornosos de casi pre infarto. Creo que en parte cuando nos piden una foto de nuestra niñez, nos rehusamos a mostrarlas por esos ataques suicidas a la moda que tuvimos que vivir de pequeños.

En la actualidad las marcas de ropas infantiles lanzan campañas en países exóticos, las nuevas temporadas muestras niños y niñas preciosos, ofrecen ropas y zapatos que salen fortunas, y sobre todo, presentan combinaciones “que combinan”. Al contrario de ello, yo recuerdo mi infancia de ropa gastada heredada de mis primas.

De nuevo las preguntas vuelven a aparecer: ¿Tan mal me portaba que me vestían así? ¿Acaso no me querían que me dejaban salir de ese modo a la calle? Como ejemplo de lo que digo les dejo mi foto de pequeña para que lo comprueben ustedes mismos. Mientras tanto, yo nose si reir o llorar al verme.

La verdad es que no hay generación que se haya salvado, nos alcanzó a todas y todos, sea el año que sea. Y si no me creen hagan la prueba, desempolven un viejo álbum de fotos y ahí se van a dar cuenta de que lo que digo es 100% real.


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